Para Octavio Paz, “la palabra poética funda los pueblos”. Historia y poesía están profundamente entrelazadas, desde las cosmogonías y epopeyas sumerias, indias y griegas hasta nuestra fracturada cotidianidad, pasando por obras en apariencia tan distantes como el cantar de gesta, la novela de Joyce, la picaresca del erasmista y converso autor del Lazarillo de Tormes, la deslumbrante prosa de Borges o la autobiografía permanente, que sublima el deseo y el exilio, de Reynaldo Arenas. Palabra e historia se conjugan en una intrincada red, un texto que vive en la medida de un diálogo entablado con la memoria, donde desvelamos la verdad y re-conocemos al mundo, donde podemos remontarnos hasta las fuentes mismas del yo. Poetizar, hacer mundo, es ante todo un escuchar desde la posición ocupada en el horizonte. En la inmensidad del mundo, el lenguaje entreteje los destinos y da sentido al devenir constante. Es por ello que, haciendo una exégesis cuidadosa del presente y lo pasado, podemos encontrar las claves para entender aquello que somos y anhelamos. Todo esfuerzo hermenéutico parte de una pregunta por los orígenes y encuentra su sentido en el presente y lo futuro; como dice Heidegger en De camino al habla, “cada uno, cada vez, está en diálogo continuo con sus antepasados; y más aún, más secretamente, con sus descendientes”.
El presente curso va dirigido a todos aquellos estudiosos de la historia, la filosofía, semiótica, semiología, casuística, arte, literatura y cultura en general interesados en desentrañar los marcos de referencia, fenómenos, textos y contextos, continuidades y rupturas propios de la historia de nuestra civilización, planteada en los términos de un arte poética, y de su proyección en la vida cotidiana a través de la retórica.