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PREAMBULO

 

Laboratorio de Semiología Teatral

   

 

 

Preámbulo 

 

Di la verdad aunque sea amarga. Di la verdad aun contra ti mismo.
Abu l-Qasim Muhammad  

 

Es este un laboratorio de actuación, para el adiestramiento de jóvenes actores, que luego han de incursionar en la dirección escénica[1] [2] y en la escritura dramática, por ser éstos, los tres pilares del teatro como arte. Así, no se espere dirigir o escribir de forma aislada al actuar.

Se convoca como laboratorio, porque se ha de experimentar con el teatro; pues sólo una exploración que vislumbre tentativas y las someta a prueba y ejercicio crítico, permite el desarrollo de modelos teatrales únicos.

'Semiología' quiere decir, en términos laxos, que un participante deberá encontrar en el laboratorio su forma de expresión única (su propia voz, que lo ha de distinguir del resto de las voces); es decir, su propia capacidad de comprender y reflejar el lenguaje universal a través del teatro.

El fundamento de existencia para este laboratorio, es que el actor-director-dramaturgo, tenga un espacio para su permanente formación, en el decurso de la realización de puestas en escena. Así es labor preeminente de este laboratorio la escenificación como pauta para el aprendizaje.

Se convoca para jóvenes actores, de entre 18 y 30 años (aunque podría llegar a haber excepciones en el caso de menores, mas sería muy rara la excepción para alguien mayor), pues es en este rango donde, quien tiene capacidades para el teatro puede desarrollarlas sin mayores resistencias.

Se espera la participación de jóvenes (hombres y mujeres), que desean explorar sus capacidades teatrales, formalmente y en un marco disciplinario, con miras a un desempeño profesional de la teatralidad; profesional, sin embargo no excluyente de otras actividades disciplinarias. Así no es de manera alguna pauta fundamental que un participante tenga experiencia previa con el teatro, proceda de alguna escuela de formación artística, o espere dedicarse absolutamente al teatro, pues contrariamente, esperamos que el teatrista formado en este laboratorio, sea un ser humano universal, involucrado con las artes, las ciencias, la sociedad y con profesiones no propiamente teatrales. La falta de experiencia teatral, podría ser en este sentido, una ventaja, pues el grave problema de la teatralidad en gran parte de México y Latinoamérica, es que  frecuentemente las escuelas de formación actoral, inducen accidentales vicios en la forma de hacer teatro, que luego impiden un desarrollo más aventurado y auténtico para el actor, para el teatrista.

Sí es fundamental, sin embargo, una profunda sensibilidad e inclinación cultural  de parte del participante. El teatrista es un sujeto de cultura, y el teatro es un acto de profunda reflexión.

 

 

 
 


 

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