Hemos continuado utilizando al ‘caduceo’, como símbolo 
representativo de la medicina. Esta serpiente o par de serpientes enroscadas 
alrededor de una vara, piedra o árbol y frecuentemente coronada por un águila, 
es para diversas culturas, cetro de Apolo, Esculapio, Hermes, Shiva.
  
El discurso comienza en la 
exploración de este símbolo, en una de cuyas más antiguas elaboraciones, la del 
hinduismo, es este conjunto: ida, pingala, susumna, representación de un antiguo 
mito, el despertar de kundala y su transformación en kundalini; centro 
fundamental de su concepción evolutiva; naturalmente de su concepción médica: el 
ajur-veda. 
  
Así en las antiguas culturas, el 
concepto de mito o verdad, no se encuentra ajeno a la naturaleza fisiológica y 
psíquica del hombre. Sus compendios de medicina se entrelazan con leyendas 
espirituales. La concepción de lo cosmogónico y de lo fisiológico, se encuentran 
unidas, y toda geometría sagrada, posee implicaciones directamente 
proporcionales e inversas sobre la psique: figuras regulares e irregulares, así 
como sus posibilidades combinatorias. 
  
La ciencia médica contemporánea, 
ya no está basada exclusivamente en la historia que como ciencia ha ido trazando 
nuestro bien ubicado y secular occidente a partir del racionalismo ilustrado del 
siglo XVII; sino que ha integrado a todos estos descubrimientos de la biología, 
de la química, de la quirúrgica, etc., junto a conocimientos antiguos y 
tradicionales que comienzan a ser observados con resultados positivos, por el 
racionalismo científico. Uno de los más elementales y reconocidos, es el hecho 
de que el médico necesita de la ‘voluntad’ del paciente para ser curado; puesto 
que un paciente sin voluntad, no alivia. En este punto ya sabemos que la cura 
requiere de un 50% de ciencia y un 50% de magia. Fenómenos como la hipnosis, la 
remisión espontánea, el ritual, la sugestión psicoterapéutica, nos hacen pensar 
en lo importante de esta elaboración simbólica necesaria para el acto de la 
curación. Pero estos símbolos, fórmulas y conocimientos elementales, están al 
alcance de todo ser humano. Habría que sacarlos de la superstición y llevarlos a 
la ciencia de la práctica cotidiana.  
  
Como es parte de la tradición de 
nuestras abuelas recomendar infusiones y hierbas para mejorar la salud y 
prolongarla, las antiguas culturas nos recomiendan: la meditación sobre ciertas 
imágenes, símbolos y geometrías, los cantos mántricos, la comprensión de 
conceptos, el cultivo de ciertas hierbas, el seguimiento de ciertas prácticas, 
la precisa fabricación de ciertas medicinas espirituales. De todo esto, se han 
derivado una gran cantidad de corrientes clínicas alternativas. Un breviario 
elemental de la explicación psicológica y científica de estos fenómenos 
clínicos, resulta fundamental para que el humano sea capaz de comprender la 
dimensión energética, psíquica y simbólica en la cual puede mantener y recuperar 
su salud, como la de otros. 
  
  
Temas Relacionados: 
Cientificidad 
antropológica y psicológica de las terapias alternativas. Apuntes para una 
práctica semiológica de la salud. 
Solicita esta conferencia para tu 
institución, ahora >        
  
 |