Si bien la celebración de la navidad es un motivo de reencuentro, 
conciliación, amor, paz y un recuento casi interminable de valores positivos, 
que no sólo se profesan sino que se viven en la experiencia sensible de las 
personas y las familias, ¿de dónde viene este momento especial antes y después 
de la celebración del nacimiento de Cristo y cuál es la profunda simbología que 
este hecho entraña?  
El solsticio de invierno para 
el hemisferio norte para el globo (23 de diciembre) indica el momento de mayor 
oscuridad y menor luz durante el día; así el 24 y 25 de diciembre, es el 
comienzo del avance de la luz sobre la oscuridad, tal vez por este motivo desde 
la ancestralidad, estas fechas han marcado momentos de celebraciones cúlmenes 
para diversas culturas: desde los clasicismos egipcio, indio, asirio, acadio, 
sumerio, chino, griego, romano, germano, anglo, galo, escandinavo, hasta las 
culturas septentrionales de la América prehispánica. 
  
El centro representativo de la 
celebración contemporánea de la navidad es el hecho mismo del nacimiento, en el 
cual se encuentran todos los elementos simbológicos entrañando su profunda 
significación: la caverna o el pesebre (la caridad, el refugio), la virgen (la 
pureza, la aceptación), el padre putativo (la compasión, la defensa de la 
rectitud, el triunfo ante la duda), las ofrendas de los reyes (la adoración a la 
verdad) y el niño que además de ser el centro de la consagración del núcleo 
familiar y de representar la luz encarnada, la encarnación del logos en el 
verbo, lanza su luz sobre los símbolos que le circundan, incluso aquellos de 
naturaleza zoomorfa, como la mula (la transmutación, la transubstanciación) o el 
buey (la mansedumbre, el ascetismo), siendo además un niño que en su devenir 
tendrá un destino a la vez maravilloso y funesto, cumpliendo así la aventura del 
héroe (el triunfo a través del sacrificio). 
  
Olvidar sus implicantes 
significativos sería tanto como convertir al símbolo en signo cotidiano. Cuando 
nos reunimos, adornamos la casa y la calle, cantamos, compartimos la comida, 
 celebramos entre amigos y familiares, tal vez podríamos recordar la 
trascendentalidad espiritual y moral de este simbolismo. 
  
  
Temas Relacionados: La 
compasión, el amor, la pureza, la paz, la caridad, el sacrificio, la familia, la 
defensa de la rectitud. 
  
Solicita esta conferencia para tu 
institución, ahora >        
  
 |